Como una pequeña introducción a la propuesta que realizo para mejorar la educación en nuestro país, habré de comentarles quien fue el iniciador de este programa que ha reducido la brecha tecnológica del Perú, un país mucho más pequeño que México.
En 2005, lideró la fundación de OLPC (One Laptop Per Child), proyecto educativo sin fines de lucro que se impuso la meta de diseñar una laptop que costara $100 destinada a ser usada masivamente por los niños de las poblaciones lejanas, aisladas y pobres de los países del tercer mundo. Es decir, a los niños pobres entre los pobres. El proyecto involucró a académicos, educadores, inventores, industriales y políticos unidos bajo la figura de Negroponte y animados por un fin filantrópico bajo la modalidad “sin fines de lucro”.
Entre sus desventajas más notorias está su precio normalmente mayor que el de las PC de escritorio, la disponibilidad de fuentes de energía, la fragilidad y la poca duración comparativa. La empresa de diseñar una laptop cueste $100 y que sea apropiada para su uso por niños en condiciones de pobreza en ambientes poco convencionales y hasta hostiles, impone retos mayúsculos y exige de enormes proezas tecnológicas.
Dicho proyecto se ejecuto con gran éxito, pues los niños pudieron gozar de un avance impresionante en lo que se refiere a tecnologías de la información, los programas educativos fueron mucho más enriquecedores y se les preparó a los pequeños para niveles de conocimiento muchos más amplios.
Historia diferente es la que aún vivimos en México, donde sólo el 8% de la población son los que poseen una computadora y el uso que se hace de ella, es completamente pasivo. Para dotar a los chicos de un instrumento tan importante, yo propongo, que el gobierno pague el 20% de una minilaptop, y el estudiante pague el resto a 2 años, lo que sería aproximadamente 2 pesos diarios.
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